La segunda jornada dejaba en el Grupo A el que, a priori, podía ser considerado como el mejor partido de la Copa América hasta el momento. Argentina y Uruguay medían sus fuerzas en el estadio Mané Garrincha con el objetivo de lograr la primera victoria del torneo. Mientras que la ‘Albiceleste’ no pudo pasar del empate ante Chile, los charrúas fueron el equipo que se quedó sin jugar en la jornada inaugural.

Desde el primer momento, los de Scaloni se mostraron superiores en todos los aspectos, teniendo mayor presencia sobre el terreno de juego así como una buena presión inicial que comenzó a inclinar la balanza hacia su favor.

Este buen hacer inicial provocó que en el minuto 13 ya se vieran por delante en el marcador. Gran jugada de Messi en la banda derecha, tras un córner botado en corto, y el ’10’ puso un delicioso centro al segundo palo que terminó en la cabeza de Guido Rodríguez, el cual remató con potencia a la portería de Muslera.

Lejos de espolear a los de Tabarez, este gol les ensimismó más todavía en sus dudas e imprecisiones. De hecho, en el 27′ estuvo cerca de llegar el 2-0, gracias a un disparo de Nahuel Molina que fue detenido por el arquero del Galatasaray.

El empuje de Uruguay duró 15′

Ese fue el tiempo, aproximadamente, en el que se vio a la Selección Uruguaya siendo ligeramente superior a su rival. Los Luis Suárez, Cavani, Valverde y compañía salieron al terreno de juego tras el descanso con algo más de empuje, aunque todavía sin la claridad necesaria en los últimos metros.

15 minutos en los que el combinado ‘Celeste’ mantuvo una mayor posesión del balón, con alguna que otra jugada hilvanada interesante y transiciones más veloces que las vistas anteriormente. No obstante, todo fue un espejismo y la superioridad de los locales volvió a imponerse.

Lo cierto es que Argentina no necesitó tampoco sacar su mejor repertorio para llevarse los tres puntos. De hecho, le bastó con ser superior en ciertos momentos para embolsarse su primera victoria del torneo. Por momentos jugaron incluso a placer, sobre todo en los últimos minutos cuando las piernas uruguayas comenzaron a flojear.

Tenemos que hablar de De Paul

Si hubo un jugador que mereció mención especial sobre el césped, ese fue sin duda Rodrigo de Paul. El centrocampista del Udinese, que parece cada vez más cerca del Atlético de Madrid, se echó el equipo a las espaldas, y junto a Leo Messi fue el mejor de su equipo.

En los últimos minutos supo meterle cloroformo al balón como pocos pueden hacerlo. Terminó desesperando al cuadro charrúa con sus continuas conducciones de balón y pases verticales ante los que no encontraba siquiera oposición. Sin duda, una actuación reivindicativa de alguien que no necesitaba reivindicarse.

Y con esta parsimonia final (no sin ser antes aderezada por una dosis de bronca entre Otamendi y Luis Suárez) se llegó al final de un encuentro que coloca momentáneamente a los de Scaloni líderes con cuatro puntos, empatados con Chile; por su parte, Uruguay comienza su andadura en el torneo yéndose de vacío y necesitará un buen resultado en el próximo duelo si no quiere ver peligrar su presencia en cuartos de final.