Una victoria de oficio pero que no acaba con las dudas en el Sánchez-Pizjuán. El Sevilla se hizo con los tres puntos en Balaídos con una pizca de suerte y oportunismo y ante un Celta que buscó el empate hasta el final.

Las bajas acuciaron a un conjunto hispalense que tiró, en los primeros compases del partido, de una defensa de tres centrales ante las ausencias de Koundé y Diego Carlos.

Tuvieron poco protagonismo los porteros en la primera mitad. Solo Bono tuvo que intervenir en una acción individual de Denis Suárez que sacó el portero marroquí con los puños.

Como si estuviese contemporizando, el Sevilla esperó a que el Celta tuviese el balón y el mayor peligro. Pero al cuadro de Coudet le faltó precisión y puntería para encontrar el gol.

En los mejores minutos del Celta en el partido apareció, casi por error, el gol del Sevilla. Movió fichas Lopetegui y no le pudo salir mejor con la entrada de Suso.

El andaluz, en el primer balón que tocó, en el partido, tiró, rebotó en dos ocasiones en la defensa, y le llegó el balón totalmente solo a un Rafa Mir que no perdonó ante Duturo.

Reaccionó el Celta, pero no fue capaz de perforar la portería de un Bono que, pese a las llegadas celestes, apenas tuvo trabajo más allá de un mano a mano que Santi Mina envió a la madera, otro del gallego y una más de Iago Aspas.

Recupera el Sevilla posiciones en la tabla, pero no así las sensaciones que le llevaron a las posiciones de privilegio. El Celta, por su parte, bordea una semana más los puestos de peligro.