Poste y Gool

Messi Debuta En PSG

No debió ser fácil ser ‘culé’ o ‘merengue’ en la noche de este domingo. Unos ya sabían que sería duro ver el momento en el que Messi saltase a un terreno de juego con otra camiseta. Los otros se temían lo peor cuando Mbappé fue convocado para el partido, pero el doblete y sus celebraciones también provocaron más de una lágrima en el madridismo.

El ‘7’ puso los goles en la fiesta del ’30’. Y en la puerta, sin querer ver pero viendo lo que se cocía dentro, Barcelona y Real Madrid se lamentaban por el pasado y por el futuro, respectivamente. La grandeza de estos dos cracks se resumió en que el Reims apenas tuvo cuota de pantalla en esta historia, un partido que tenía más tintes personales que colectivos.

La noticia fue la suplencia de Messi, algo que se intuía. También lo fue la titularidad de Mbappé, algo que enfría aún más su posible llegada al Santiago Bernabéu. Pese a tanto gran nombre, el Reims no se achantó y, aunque perdió, su dignidad y su imagen quedaron intactas.

Comenzaron mejor los locales, pero tardó poco el equipo de Pochettino en hacerse con el balón. Touré lo intentó con una vaselina casi imposible en el 7′ y en el 10′ llegó el primer aviso del PSG. Fue el ‘7’ el que se encargó de asustar a su rival por primera vez con un remate al lateral de la red después de un gran gesto técnico de espaldas en el área.

A los 12 minutos, Toure volvió a intentarlo. No supo dirigir en el área un remate que parecía más prometedor de lo que fue. Los locales no lo sabían, pero sería la última vez que se acercarían a adelantarse en el marcador. Ese fue el tiempo y esas fueron las oportunidades que Mbappé les concedió. ¿Perdonaron? Lo pagaron.

Mbappé giró hacia él los focos de Messi

Aún había cámaras que buscaban más a Messi con su peto en el banquillo que al balón en el césped. Pero Mbappé se encargó de girar los focos hacia él. En el 15′, el delantero galo aprovechó una asistencia medida de Di María para, de cabeza, batir a Gravillon. Su certero cabezazo empezó a matar al Reims. Y su celebración, especialmente efusiva, hizo lo propio con la esperanza del madridismo.

Se desató el PSG a partir de ese momento. Los ataques fueron muchos y casi ansiosos, aunque antes del descanso los de Pochettino bajaron una marcha que pudo aprovechar su rival. Kebbal, con un centro envenenado, y Cassama, que mandó un balón a la cruceta con un sutil remate con el interior, rozaron el empate, aunque la última del primer tiempo fue del PSG. Diallo, con el empeine en un extraño remate desde la frontal, hizo trabajar al meta local antes del pitido final.

Con la llegada del descanso, volvió Messi a ser el más buscado. Si es que alguna vez dejó de serlo realmente. Al regreso de vestuarios, el argentino volvió al banquillo y aplazó la ansiedad global por verle debutar.

Empezó con susto el segundo tiempo para los parisinos. Marcó el Reims en el 51′ gracias a Munetsi, pero tanto él, que cazó un rechace de Keylor, como el primer rematador estaban en fuera de juego. El VAR tardó, pero acabó comunicándole al árbitro la posición adelantada de ambos.

Cuatro minutos de oro

Esto espoleó a un PSG que vivió su minuto de oro pasada la hora de juego. Messi había saltado a calentar poco antes y cuando ya se preparaba para finalizar los ejercicios, Mbappé volvió a aparecer para firmar el 0-2. El ‘7’ logró su doblete al mandar al fondo de la red en el segundo palo un pase perfecto con cuerda de Achraf desde la derecha.

Con otra celebración lejos de ser penosa, desganada o un ‘guiño’ al Madrid, el delantero encarrilaba el choque para que, poco después, Leo Messi hiciese la entrada de gala al césped en el 66′ y debutase, al fin, con su nueva camiseta. El sustituido fue Neymar, que se sentó sin demasiadas ganas de salir, según pudo parecer en directo.

A partir de ese momento, todos los ojos estaban ya, de forma absoluta, en el ’30’ de Leo. No tuvo demasiado peso un Messi que, eso sí, conectó en una ocasión con Mbappé en una jugada que abortó la defensa. El ex del Barça condujo un contragolpe que descargó para el ‘7’. Este quiso regalarle el gol, pero el pase en bandeja fue cortado por la zaga en el área.

Apenas sudó un Leo que aún debe ponerse a tono para ofrecer su mejor versión. Apenas pisaba campo propio en acciones defensivas y se quedó a la espera de cazar un balón con el que redondear su debut, pero eso deberá esperar. Con algún arreón del Reims, el partido llegó a su final y la fiesta de Messi, en la que Mbappé se bebió las copas y Madrid y Barça las acabaron llorando, llegó a su fin.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

P