Italia ganó a Suiza y selló su pase matemático a octavos de final. Partido redondo de los transalpinos, anulando a Suiza hasta que la ventaja fue suficiente. Y ni aún así los helvéticos pudieron siquiera hacer el gol del honor.

Llevaba casi 30 años sin ganar Suiza a Italia, y así seguirá un tiempo más. Los de Mancini dominaron de cabo a rabo el partido, demostrando por qué son una de las selecciones candidatas al título.

Suiza arrancó el encuentro con chispa, con vitalidad, pero le duró poco. Lo que Italia tardó en posicionarse sobre el campo y hacerse con el dominio pleno del esférico.

Cinco minutos le duró la iniciativa a Suiza. Italia asumió el mando y pasó a agobiar de forma severa a su rival alpino. Achicaba balones Suiza, hasta que en un córner, llegó el gol. Era el minuto 19.

Lo anotó Chiellini, pero lo hizo tras controlar involuntariamente el balón con el brazo. El árbitro, que en principio dio por bueno el gol, hubo de ser corregido por el VAR. Aún así, el partido no cambió.

Italia siguió apretando, y Suiza no logró reaccionar o sacar partido de la lógica decepción que es que te anulen un gol. Ni siquiera explotó la contrariedad que es perder a un jugador por lesión, como le ocurrió a Italia con Chiellini, en el 24′.

Los italianos respondieron a tanta adversidad de la mejor manera posible. Con un gol que ahora sí valió. Locatelli inició la jugada con una apertura para Berardi, quien arrancó por la banda hasta la línea de fondo sin que nadie pudiera pararle. Pase de la muerte y gol a placer de Locatelli para hacer el 1-0 en el 26′.

El gol no satisfizo a la selección transalpina, que continuó asediando la meta de Sommer, aunque sin éxito hasta el segundo tiempo. Suiza sobrevivió al asedio que le impuso la voraz Italia.

La segunda parte comenzó como la primera, con Suiza tratando de sorprender, pero no lo logró. Peor aún, Italia le metió el segundo, un zurdazo ajustado de Locatelli que dejó visto para sentencia el partido, cuando apenas habían transcurrido siete minutos de la segunda mitad.

Suiza perdió toda esperanza con ese segundo gol en contra. La sensación que daba es que no aspiraba ni a lograr el empate, que pensaba en el tercer partido, donde se jugará su futuro, como segunda o una de las mejores terceras, ante la casi desahuciada Turquía.

A Italia le salía todo, y Donnarumma apenas tuvo que intervenir en todo el partido. El muro azul de tiempos pretéritos está de vuelta, con el añadido de ser un equipo letal arriba.

El meta italiano, ya ex del Milan, solo tuvo que realizar una parada en casi todo el encuentro, pero cuando se vio exigido respondió a las mil maravillas. En el 64′ sacó dos manos consecutivas a Zuber que evitaron que los helvéticos se metieran en el encuentro.

Suiza, que había cambiado a sus apercibidos y amonestados, se vio con la posesión del balón, pero sin ser capaz apenas de pisar el área rival. La frustración la encarnó Embolo, quien soltó una fea patada a Barella que dejó tocado al italiano.

La ‘Azzurra’ buscó la sentencia a la contra. Immobile perdonó en dos ocasiones, pero a la tercera fue la vencida en forma de 3-0. Italia ganó con total merecimiento, ante un rival de mayor empaque que Turquía, pero con la misma solvencia.

Presenta de forma decidida el conjunto transalpino su candidatura a esta Eurocopa, porque las sensaciones que transmite no pueden ser mejores, aunque todavía no se ha enfrentado a ningún desafío a su altura.

Suiza, por su parte, se jugará el todo por el todo en la última jornada, con un ojo puesto en Roma y la cabeza en Bakú. Italia ya está en octavos, y depende de sí misma para ser primera. Le valdrá un empate contra Gales en Roma el próximo 20 de junio.