Poste y Gool

Empate Que Preocupa

El rey del empate hizo lo suyo de nuevo. Esta vez, el escenario fue el Santiago Bernabéu y el rival, ni más ni menos, el Real Madrid. El líder, que venía en una dinámica imparable, no supo meter mano a un equipo ‘groguet’ que volvió a dejar claro que sabe competir como nadie en España y en Europa. Lo intentó el conjunto ‘merengue’, pero no sufrió el Villarreal. Se jugó a lo que quiso Emery durante gran parte del encuentro y el plan del preparador vasco salió a las mil maravillas, pues sumó un punto y tuvo oportunidades para haberse llevado el triunfo.

Con la oportunidad de poder abrir un hueco de cinco puntos respecto al campeón, el equipo de Carlo Ancelotti comenzó con ganas el partido, con una presión muy alta para tratar de intimidar al Villarreal. Lejos de asustarse, en una gran muestra de personalidad, al cuadro de Unai Emery no le quemó en absoluto el balón y no dudó en tocar y salir con el balón controlado desde atrás para tratar de hacer daño al espacio al líder de la competición.

Su buena puesta en escena sobre el terreno de juego del Santiago Bernabéu pudo tener una rápida recompensa. En una salida con bastante campo por delante, Danjuma le hizo el lío a Asensio y a Fede Valverde, improvisado lateral derecho en la noche. El atacante del cuadro castellonense quebró a ambos y sacó un disparo raso y con rosca con muy mala intención, pero una mano salvadora de Thibaut Courtois evitó que el Real Madrid comenzara el duelo cuesta arriba.

El Villarreal, cómodo ante una presión estéril

La acción espabiló en parte al cuadro local, algo perdido y lejos de la versión vista en los últimos duelos. El 4-2-3-1 que lució de inicio descolocó un poco a un conjunto ‘merengue’ que poco a poco fue teniendo algunas posesiones más largas, pero sin ideas en campo rival y con una clara falta de profundidad, sobre todo por parte de los laterales.

Ello facilitó la labor de un Villarreal que estaba sorprendentemente cómodo sobre el césped. Solo una internada inesperada de Nacho, que acabó con un choque contra Albiol en el que el madridista pidió penalti, inquietó de cierta forma a la tela de araña planteada por un Emery al que las cámaras mostraban más que satisfecho con la actuación de sus futbolistas, que estaban cumpliendo con su plan a la perfección.

Era evidente que el Real Madrid necesitaba tocar cosas para cambiar la dinámica y Ancelotti no esperó ni un segundo más de los necesarios tras llegarse con el 0-0 en el electrónico al descanso. El técnico italiano sentó a un Rodrygo desaparecido y dio entrada a Camavinga para recomponer al equipo, dejando en ataque a ViniciusBenzema Asensio, mientras que la zona media era ahora cosa del joven galo, Modric y un Casemiro al que todavía se le nota con las piernas demasiado pesadas.

Aunque el ex del Rennes dio un empuje inicial al equipo blanco (Militao, tras un perfecto centro de Asensio, tuvo el 1-0 en su cabeza), la sensación volvió a ser la misma con el paso de los minutos: era el Villarreal el que tenía el encuentro en su mano. Los castellonenses no sufrían y, casi en un calco del primer tiempo, gozaron de una ocasión clarísima para desequilibrar la balanza. Esta vez fue Alcácer el que pudo adelantar al campeón de la Europa League en el 57′, pero cruzó demasiado ante Courtois, que achicó todo lo que pudo para complicar la vida al delantero.

Falta de ideas y de pronfundidad ante la telaraña de Emery

Dicha ocasión dio paso a un periodo en el que el Real Madrid se fue haciendo poco a poco con el esférico. El paso de los minutos disminuyó las pilas del Villarreal Ancelotti, consciente de ello, continuó agitando el manzano de cara al clásico y esperado arreón final del 13 veces campeón de Europa. El italiano dio primero entrada a Hazard y poco después a Isco. Curiosamente, entre ambos generaron una de las mejores oportunidades del Madrid en el tramo final, con un centro del belga y un cabezazo del malagueño que desvió como pudo Rulli.

Ya en los últimos diez minutos, el cansancio se hizo presente en varios de los protagonistas. Faltaba el oxígeno en las piernas y también en las cabezas de los futbolistas, cuya clarividencia en la toma de decisiones fue desapareciendo, algo que le vino bien a un Villarreal que se hizo nuevamente con el control del balón para evitar unos males mayores en forma de derrota que nunca llegaron.

El empate, el resultado favorito del equipo de La Cerámica, volvió a materializarse en un duelo del Villarreal, esta vez frente a un líder que no pudo aprovechar al completo la derrota del Atlético frente al Alavés para abrir un hueco más que serio en la tabla y que ahora, al igual que el conjunto ‘groguet’, tiene puestos ya sus cinco sentidos en la Champions League.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

P