La versión sufridora del Real Madrid volvió a sacar nota por segunda vez en menos de una semana y los de Zidane ya saborean las semifinales de su competición. Los blancos hicieron lo que tenían que hacer en Anfield y contuvieron a un Liverpool muy mejorado en relación a la ida, aunque una versión alejada del equipo que atemorizó a toda Europa en las últimas dos temporadas.

A falta de hombres y físico, Zidane y los suyos volvieron a repetir el plan del ‘Clásico’ de Valdebebas. Y volvió a salir cara. El cansancio no les permitió tener tantas alegrías al contragolpe, pero tampoco las necesitaban después del 3-1 de la ida. Es este Real Madrid un equipo muy comprometido, sobre todo tras todos los contratiempos de esta campaña, y cuando no brilla un jugador lo hace otro.

En Anfield le tocó sobresalir a Courtois. El belga, que solo se ha podido llevar a la boca una Supercopa y una Liga desde su llegada a Chamartín, justificó la apuesta por su fichaje con un partido impecable. Amargó a Salah y a Firmino y se hizo enorme mientras el Liverpool se desesperaba y veía cómo la portería cada vez era más pequeña. No estuvo solo. Nacho y Militao rozaron la perfección y Casemiro sostuvo a un equipo que echó en falta algo más de presencia de Modric y Kroos. Los dos faros blancos acabaron literalmente fundidos.

También Benzema, quien a pesar de todo estuvo a punto de allanar el pase en una de sus genialidades. Quedó señalado una vez más en la eliminatoria Phillips, un futbolista voluntarioso pero de muy poco nivel para este Liverpool, y el francés hizo el resto con su clásico ballet a la contra. En la Champions le sale todo al Madrid y estuvo a punto de volver a quedar patente. El pase de Benzema a Vinicius lo desvió Kabak y no fue gol por centímetros. El palo obligó a los blancos a sudar mucho más y mantuvo con vida a los de Klopp en su plan kamikaze que había empezado a coger cuerpo desde mucho antes.

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Klopp quiso repetir lo hecho ante el Barça o con el Borussia Dortmund ante el propio equipo blanco. Buscó el camino más rápido al gol y sentó a Thiago, quien tampoco aportó demasiado cuando entró en la segunda parte. Milner fue el ejemplo perfecto de lo que quería el alemán y no tardó ni cinco minutos en demostrarlo. El capitán estaba en todas. Recuperaba, asistía y hasta llegaba con peligro. Un tiro suyo con muchísima intención lo sacó a córner Courtois con una manopla fenomenal. Y no era su primera intervención clave. Ya le había negado el 1-0 a Salah con un pie fantástico en la primera acción clara del partido. ¡El Madrid sufría y no habían pasado ni cinco minutos….!

Los de Zidane lograron sofocar el fogoso inicio del Liverpool con el palo de Benzema. El LIverpool le vio las orejas al lobo y dejó de arriesgar tanto. Al fin y al cabo, a los ‘reds’ les bastaba con dos goles. Tras unos minutos más igualados, los de Klopp acabaron la primera parte de nuevo avasallando. No llegó Mané por centímetros a un centro de un reivindicado Alexander-Arnold, y Salah y Wijnaldum no ajustaron su punto de mira y perdieron en el corazón del área dos ocasiones clarísimas.

El Liverpool echó mucho en falta sus galones. Mané está en un momento de forma horrible y Firmino y Salah no anduvieron mucho mejor, aunque lo intentaron más. El brasileño tuvo las más claras de la segunda parte con un tiro a quemarropa que volvió a solventar Courtois y un remate en área pequeña que salvó Militao con arrojo. También Salah hizo patente su mal momento en una acción que demandaba un tiro de primeras y en la que el egipcio se hizo un lío. Laberintos al gol en 2021 que eran una autopista en 2019 y 2020.

El paso de los minutos confirmó la evidencia: el Madrid iba a terminar muerto la eliminatoria. Pero la camiseta blanca está tejida para estos partidos y esas circunstancias. Y tampoco el Liverpool anduvo mucho más fresco enfrente. Vinicius y Benzema pudieron evitarle la agonía a los ‘merengues’ en los únicos dos acercamientos de la segunda parte, si bien el Liverpool no dejó de intentarlo y al menos murió encerrando a los de Zidane.

La vuelta acabó como comenzó, con Courtois salvando una ocasión clara ante Salah tras despiste de Mendy. Impotencia para los ‘reds’, sobre todo por saber que perdieron la apuesta en Madrid. Enfrente, alegría y confianza en un equipo blanco que rozó la perfección defensiva y que restó una nueva batalla hacia el cada vez más factible doblete. Después de lo del año pasado, Zidane ya no es indestructible en Europa, pero por lo visto en Anfield, como si lo fuera.