Poste y Gool

Real Madrid Cumple Ante El Inter

«¡Con la camiseta no se gana!». «¡El escudo no consigue puntos!». No es raro encontrar estas frases en el mundo del fútbol. Y suelen llevar mucha razón, pero existen excepciones que a veces hacen dudar de su validez. La victoria del Real Madrid en Milán quizás solo pueda explicarse así. Con el idilio blanco con la Champions. Con la seguridad y confianza que te dan las 13 ‘Orejonas’. O simplemente con una acertada ocasión que lo cambió todo en el 89′.

No hubo magia en un partido que para nada extrañaría que le hubiese supuesto cero puntos a los de Ancelotti. Sería mentir afirmar que el Inter mereció ganar así, sin más. Casi el mismo embuste que querer hacer ver que los ‘merengues’ hicieron justicia con ese tanto postrero (que no potrero) de Rodrygo. Lo que sí es de mérito de los visitantes es ese crecimiento en la recta final y ese pensamiento de que, al final, el Madrid va a tener su oportunidad para acabar sonriendo. Lo que decíamos de la camiseta.

El inicio del Real Madrid fue de s.c. Sin consecuencias e incalificable. Porque el equipo blanco no hizo más que quedarse en su campo y resisitr de la manera más digna posible al dominio del Inter. No es que el equipo italiano fuese un torbellino de ocasiones, pero sí lo fue de posesión y llegadas.

Darmian, como carrilero derecho, fue una de las grandes vías de peligro de los suyos junto al omnipresente Perisic y las balas arriba de Lautaro Martínez y el incansable Dzeko. La otra fue la poca agresividad y ambición de un Madrid que empezó a sufrir desde bien pronto.

A los cinco minutos, Lautaro recibió en el área y fue molestado lo suficiente por Militao para que tirase muy forzado. Courtois se hizo con la bola. Su homónimo en la portería del Inter casi le regala un balón a Vinicius un minuto después, en la que fue casi la única cosa peligrosa en ataque que se pudo relacionar con los ‘merengues’.

Cuando se cumplía el 10′, el Inter pisó el acelerador de las ocasiones y tuvo hasta cuatro en cuestión de tres minutos. La tuvo doble el equipo de Inzaghi con un mano a mano algo escorado de Dzeko y el posterior remate de Skriniar que taponó la defensa y mandó a córner.

En ese saque de esquina, de nuevo apareció Skriniar para llevar el ¡uy! a las gradas con un cabezazo levemente desviado por encima del larguero. También inquietó al Madrid en el 12′ Perisic con un tímido intento en el segundo palo que se marchó fuera.

Probó suerte el equipo de Ancelotti por primera vez con un disparo desviado de Casemiro desde lejos. Se animó en esos minutos el cuadro visitante, que poco después volvió a pisar área. Lucas Vázquez llegó bien por la derecha y cedió a Benzema en el área para que este tirase y tapase la zaga del Inter.

Pero no tardó ni un minuto el equipo italiano en responder. Y de nuevo tuvo que aparecer Courtois. El belga repelió con acierto un cabezazo algo centrado de Lautaro Martínez, una acción que dio paso a unos minutos de respiro y la posterior mejoría blanca.

Las defensas se tomaron un descanso hasta la media hora. El Inter dejó de apretar y el Madrid vio ese sol que sale tras la tormenta. Tímido al principio, pero solemne poco después. Con la llegada del 30′, los de ‘Carletto’ dieron un paso adelante. Se quitaron el dominio rival y recordaron que son el Real Madrid.

Eso sí, esto duró apenas unos minutos. La pelota pasó a vivir en las botas de los jugadores blancos e incluso Militao tuvo una gran oportunidad para hacer el 0-1. Un cabezazo del central silenció el Giuseppe Meazza durante unos segundos al salir casi rozando el lateral de la red de Handanovic.

Pero el oasis fue eso, un oasis que no encontró continuidad hasta la recta final del partido. El Inter reaccionó y tuvo hasta cuatro buenas llegadas antes del descanso. Lautaro Martínez cruzó en exceso un complicado remate de cabeza y Dzeko casi repitió la dirección del balón del argentino con un remate desde la frontal.

Otro intento de Dzeko al que respondió bien Courtois y un zapatazo desde fuera del área que taponó Alaba fueron los dos últimos sustos del Real Madrid antes de oír el pitido final. Un pitido que sonói a canción de relajación de spa en los oídos de los futbolistas ‘merengues’.

Otra cara

Solo hicieron falta unos minutos para darse cuenta de que nada tuvo que ver un Madrid con otro. Nada más empezar, el equipo español se esmeró tanto en tener el balón como la ambición. Comenzó a jugar en campo contrario, a no tener miedo y a evitar pensar que si daba un paso adelante podrían ‘okupar’ su terreno.

Valverde se internó por la derecha en el 48′ y obligó a Skriniar, que firmó un gran encuentro, a dejar a Vinicius con la miel en los labios. Poco después, la defensa local volvió a intervenir para impedir que Benzema encontrase a Modric en la frontal del área. No fueron grandes ocasiones, pero sí refrendaban la sensación de mejoría blanca.

Se desperezó el Inter en el 54′ con una de las mejores del partido. Courtois sacó una gran mano tras un cabezazo a quemarropa y De Vrij no logró conectar con el muslo el rechace. Se quitó el susto el Madrid con una rápida respuesta de Carvajal que sacó Handanovic en el primer palo.

Tan notorio era el cambio de dinámica que Inzaghi quiso remediarlo desde el banquillo. Dimarco, Dumfries, Vidal y Correa entraron en poco más de diez minutos por Darmian, Perisic, Lautaro y un desaparecido Çalhanoglu. Ancelotti solo metió en ese tiempo a Rodrygo por Lucas Vázquez, un cambio que sería providencial.

El reloj empezaba a llegar a la zona caliente. Cuando la recta final empezaba a aparecer en el horizonte, el Inter disipó en cierta medida esa sensación de mejoría del rival teniendo algo más el balón. No hizo al Madrid encerrarse como en el primer tiempo, pero se rebeló ante la reacción y la intentó imitar.

Pese a ello, los blancos dieron dos buenos sustos en sendos contragolpes que tuvieron a Vinicius como protagonista. En el primero, la defensa bloqueó su disparo tras dos amagos, mientras que de nuevo la zaga deshizo la segunda internada del brasileño.

Vidal, más lento de lo que querrían sus aficionados, tuvo llegada pero no buena ejecución en un par de ocasiones. Pisó bien área y zona de peligro, pero tardó mucho en decidir, además, mal.

La confianza de ¿la camiseta?

Llegaron los últimos minutos con dos sensaciones encontradas. La primera hablaba de un Inter que había recuperado algo de balón, pero que carecía totalmente de ambición. Se dedicó el equipo ‘neroazzurro’ a mover el balón en campo contrario y a mirar más al crono que a Courtois. Por contra, el Real Madrid esperaba ordenado quizá con menos posesión, pero con un hambre feroz que sació Rodrygo en el minuto 89. Un hambre a la que te obligan ciertas camisetas. Y ahí se empezaba a entrever que, en este guion, entraban esos «al final esto lo gana el Madrid con una que tenga» de tantas y tantas otras ocasiones.

Camavinga, que entró por Modric, comenzó un ataque dinámico en el que conectó con Valverde. Fue dinámico porque buscó el desmarque nada más soltar la bola y se hizo su sitio en el área. Allí le cayó un balón que fue prestado a Rodrygo para que tocase la gloria en el Giuseppe Meazza. El brasileño, con un solo toque, mandó la bola al fondo de la red con un remate cruzado.

Y así se hizo el Real Madrid con un triunfo que no debe nublar a los aficionados y responsables ‘merengues’. No siempre ganará la camiseta partidos y no siempre tendrán amnistía los malos inicios y los minutos regalados. Pero, de momento, los de Ancelotti ya tienen tres puntos en el casillero.

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