Un ‘killer’ no desaprovecha regalos. Luis Suárez llegaba con la pólvora mojada al Coliseum Alfonso Pérez y el devenir del encuentro hacía pensar que la misma no se había secado. Sin embargo, el uruguayo encontró un aliado inesperado en su ex compañero Carles Aleñá. El centrocampista del Getafe transmutó una tarjeta roja en dos balas para el cargador de un ‘Pistolero’ que ajustició al cuadro azulón tras un encuentro en el que, pese a lograr los puntos, el campeón mostró durante muchos minutos su falta de juego y creatividad que arrastra desde el inicio del curso. Y eso que los primeros compases del partido invitaron al optimismo de los hinchas ‘colchoneros’.

El equipo de Simeone dio la impresión de querer dominar desde el inicio y dominó durante los diez minutos iniciales, aunque sin mostrar ninguna mordiente. Pese a no tener el balón y estar en parte sometido, el Getafe no sufría y ello hizo que el cuadro de Míchel fuese cogiendo confianza y estirándose según avanzaba el duelo, lo que equilibró la balanza.

El paso adelante del Getafe, acompañado de una presión avanzada, hizo desaparecer a un Atlético de Madrid que no generaba nada, con un Antoine Griezmann desaparecido en combate. El galo no tocó casi el balón en el primer tiempo y fue el peor y menos activo de esos casi cuatro atacantes que puso el Cholo en liza: el galo, Carrasco, Correa y Luis Suárez.

Sin crear tampoco excesivo peligro, y con un Macías muy activo, el cuadro local parecía ser por momentos dueño del partido y encontró su recompensa cuando el descanso asomaba por el horizonte. Jan Oblak, el seguro de vida rojiblanco, falló al salir por un balón y su zaga despejó como pudo. La jugada continuó y Mitrovic remató con fuerza de cabeza un centro de Aleñá para poner el 1-0 con la ayuda del palo.

Ese jarro de agua fría en la última acción del primer tiempo reactivó en parte al Atlético, que salió mucho más incisivo en la segunda mitad al estar obligado por el marcador. El cuadro rojiblanco atosigó a su rival en los primeros minutos de la reanudación, pero las ocasiones rojiblancas seguían sin llegar. Solo un zapatazo aislado de Griezmann y un cabezazo de Suárez a la parte alta del larguero llevó un poco de miedo al Coliseum.

Tras una acción entre Mata y Oblak que desembocó en un carrusel de amarillas, el duelo entró en sus últimos 20 minutos y, pese al dominio posicional, el Getafe no pasaba apuros. Sin embargo, en el 74′, una tontería de Aleñá, que puso sus tacos en la parte posterior del gemelo de Matheus Cunha, dejó a su equipo con diez, lo que abrió una puerta al Atleti.

Por la misma se coló un Luis Suárez que, tras un centro de Hermoso, demostró que no le hace falta estar en su mejor forma para mandar el esférico al fondo de la red con su zurda. Ese 1-1 llegaba en el 78′ y quedaba todo un mundo por delante para, con uno más, lograr otra victoria agónica como la lograda hace nada en el campo del Espanyol.

No tuvo que esperar esta vez hasta casi el 100′, ya que el tanto del triunfo llegó en el 91′ por cortesía de nuevo de un delantero charrúa que cabeceó en el segundo palo un balón llovido del cielo para marcar el 1-2 y silenciar todas las críticas generadas por su rendimiento. Aunque por los seis de añadido quedaba todavía tiempo por delante, el golpe fue mortal para el Getafe, que no tuvo fuerzas para hacer frente a un destino que deja de momento líder al Atleti y en la cuerda floja a Míchel.