El Inter saltó al césped con una tenacidad muy superior a su adversario y dispuesto a prolongar su iniciativa ofensiva el mayor tiempo posible. No fue complicado en un inicio, ya que la Juventus se mostró bastante más tímida y reservada en los primeros compases del encuentro.

La diferencia de planteamientos desde el comienzo tuvo un resultado muy evidente en el primer cuarto de hora. Los ‘nerazzurri’ contaron con tres ocasiones claras, una de Dzeko y dos de Lautaro Martínez. Ante este escenario, la zaga de la ‘Vecchia Signora’ tuvo que sudar para evitar el desastre. Era el partido perfecto para que jugadores como Chiellini demostraran su experiencia en este tipo de situaciones.

Tras el primer cuarto de hora, los ‘bianconeri’ finalmente despertaron. Como un gato movido por la curiosidad, empezaron a aproximarse a la meta rival, aunque sin peligro equiparable al que había provocado anteriormente el cuadro dirigido por Simone Inzhagi. En el 21′, una ofensiva de la Juve acabó en los jugadores del combinado de Turín reclamando penalti sobre Bernardeschi, pero el colegiado no señaló nada.

Lo que nadie sabía en el Giuseppe Meazza es que, de la mano de la reacción de la Juve, llegaría un giro inesperado de los acontecimientos. En el 25′ Mckennie adelantó a la ‘Vecchia Signora’, que hasta el momento había sido claramente inferior a su rival. Fue Álvaro Morata quien centró desde la banda izquierda para que su compañero pusiera el 0-1 con un cabezazo certero.

Este tanto descolocó a los ‘nerazzurri’, que habían mostrado un planteamiento mucho más completo, pero se vieron por detrás en el marcador antes de la primera mitad. Sin embargo, no bajaron los brazos y evitaron que los de Massimiliano Allegri tomaran las riendas del partido.

Pese a la diversidad de opciones que mostraba el Inter a la hora de asediar el área rival, el esperado gol del empate no llegó de una jugada, sino desde los once metros. De Sciglio cometió un error evitable e hizo falta sobre Dzeko dentro del área. El resultado fue el tanto de Lautaro Martínez, que no perdonó la pena máxima e hizo el 1-1 con un trallazo a la escuadra ante el que Perin no pudo hacer nada.

Poco más que añadir a la primera mitad, al margen de lo cerca que estuvo Rabiot de meterse en un lío cuando trató de despejar un balón dentro del área en el 42′ y por poco no acabó anotando en propia puerta. Se salvó la ‘Vecchia Signora’ antes de una segunda mitad que reservaba un guion completamente distinto.

Después de los vestuarios, llegó la decadencia

Tras el descanso, las diferencias se redujeron, pero también la calidad del juego. La Juventus se mostró mucho más atrevida que en el comienzo y tuvo dos ocasiones de Bernardeschi en los primeros compases del segundo tiempo. También la tuvo en varias ocasiones el Inter, pero Perin continuamente para evitar el desastre. La acción más destacada del guardameta fue una mano providencial en el 59′ tras el cabezazo de Dumfries. El poste también ayudó a escupir el esférico.

La sensación en el segundo tramo fue de insuficiencia por parte de ambos equipos. Los ‘bianconeri’ jugaron más arriba, pero sin arriesgar demasiado. Los ‘nerazzurri’  continuaron dominando, aunque perdieron la clara superioridad de la que hicieron gala antes del paso por los vestuarios. Ni la entrada de Dybala en la Juve ni la de Alexis Sánchez en el Inter revolucionaron un encuentro que estaba condenado al empate.

Tampoco cambiaron mucho las cosas en la prórroga. Los dos lados estaban lejos su mejor nivel, pero el Inter volvió a mostrar el hambre de la primera mitad. Resignado a llegar a la tanda de penaltis, el cuadro de Milán buscó el gol con insistencia, liderado por Alexis Sánchez, que esta vez sí iba a ser decisivo.

El camino del héroe llegó a buen puerto

Sin saberlo, el chileno iba encaminado en convertirse en el héroe de la final. Ya la tuvo en la primera mitad de la prórroga con un cabezazo que detuvo Perin, pero su momento de gloria llegaría en el último suspiro. Alex Sandro falló al intentar cederle el esférico a Chiellini con el pecho, algo que Darmian aprovechó para robarle la cartera. El balón quedó colgado en el área y ahí apareció el ex del Barcelona para marcar el tanto que valió un título.

El gol de Alexis Sánchez fue lo último que se pudo ver sobre el césped y, de no haberse producido, el duelo se habría resuelto en la tanda de penaltis. Finalmente, esto no ocurrió. El Inter volvió a destronar a la Juventus y consiguió su sexta Supercoppa, un trofeo que no conseguía desde el año 2010.