Es una utopía para el Eibar la salvación. Lo era antes de conseguir las dos victorias consecutivas frente a Alavés y Getafe, pero especialmente ahora. Porque los armeros estaban obligados a ganar este partido y esperar a los rivales directos. Primer paso en falso.

La hazaña es harta complicada, pero este encuentro, además de ser en casa, le enfrentaba frente a un Betis teóricamente de menor entidad que los dos siguientes rivales (la Real Sociedad en el Reale Arena y el Barcelona en Ipurua). El calendario final para los de Mendilibar es que tiene tela…

Pero con eso jugaban los de Mendilibar, que han desperdiciado una oportunidad de oro para adelantar a dos rivales directos, Elche y Valladolid, y ponerse a tiro de la permanencia. Mérito a favor del Betis que las cosas no sucedieran como el Eibar quisiera, especialmente en una buena primera mitad de los vascos.

El Betis comenzó con la idea bien clara desde el minuto 1. La suerte es que el gol le acompañó en el 4′, cuando Guardado probó un disparo lejano que, tras rozar en un defensor del Eibar, se coló en la portería de Dmitrovic. Un mazazo que los locales tardaron en digerir.

Sin embargo, el Eibar nunca le perdió la cara al encuentro. Eso sí, por momentos no supo dominar sus nervios, normales por otro lado por todo lo que había en juego. Pero este final de temporada no entiende de inseguridades, y menos en la batalla por el descenso, donde hay hasta seis equipos implicados a falta de dos jornadas.

A la contra, el conjunto verdiblanco pudo aumentar su renta en el marcador. Pellegrini fue listo y en un estadio pequeño como es Ipurua sacó a Tello y a Lainez para buscar la velocidad por las bandas. Dmitrovic salvó los muebles en un par de buenas intervenciones y el Eibar llegó vivo al descanso con ese 0-1.

El partido del Betis tampoco fue nada del otro mundo. De hecho, fue malo. En el segundo tiempo se evidenció una falta de ambición enorme por parte de los andaluces, que necesitaban ganar para reafirmarse en la sexta plaza, que da acceso a Europa League. El ritmo de juego se desplomó y el Eibar fue ganando metros con el paso de los minutos y el aprieto de la soga.

Avisó Expósito con un disparo lejano desde la frontal para que, en el minuto 83, Sergi Enrich restableciera las tablas en el marcador con un buen testarazo picado en el centro de Rober Correa. Bravo pudo hacer más y el Eibar se lo creyó, pero le faltaron minutos para conseguir una victoria que le hubiera dado un impulso enorme. La reacción llegó tarde y el punto, insuficiente.