El partido entre Dinamarca y Bélgica fue como un hierro que se resiste al calor, pero que acaba fundiéndose. Los belgas lograron doblar a un fuerte combinado danés que puso las cosas muy difíciles de principio a fin y que hizo que Roberto Martínez tuviera que sacar a los pesos pesados en la segunda mitad.

Bélgica ya tiene prácticamente atado el pase a octavos, aunque antes tuvo que sufrir para lo que fue prácticamente una difícil ascensión. Los daneses se comieron a su rival en los primeros 35 minutos. 

Fue una Dinamarca que entró con sorpresa y como un reactor al choque. Querían dedicarle la victoria a un Eriksen que se llevó muchos homenajes y mensajes de apoyo que fueron desde la grada hasta el terreno de juego. En el minuto diez, el fútbol se paró para aplaudirle.

Antes ya se había adelantado Dinamarca. Denayer falló en un pase por el centro hacia Tielemans y Poulsen se metió en el interior del área para batir a Courtois con un disparo cruzado. Fue como la tormenta que amaina poco a poco. Mæhle y Braithwaite rozaron el segundo cuando tenían a Bélgica completamente descolocada.

De hecho, el jugador del Barcelona volvió a dejar sentado a Alderweireld en uno de ellos aluviones de una Dinamarca que no pudo dejar noqueada a Bélgica. Con el paso de los minutos, la balanza se fue nivelando, pues Bélgica tuvo primero que hacerse con el control para luego dar pasos hacia el triunfo. Lo poco que tuvieron los de Roberto Martínez fue un disparo entre los tres palos en los primeros 45 minutos.

En la segunda mitad cambió todo. Y gracias a un hombre: Kevin de Bruyne. Con el jugador del City sobre el terreno de juego se vio a una Bélgica más volcada en el ataque, más dinámica, más rápida y más peligrosa.

Fueron los belgas los que se hicieron con el timón y el empate no tardó en llegar. Lukaku, que acabó siendo el ‘MVP’,  tiró de potencia con una cabalgada para dejarle el balón a De Bruyne, que con sangre fría sentó a dos rivales en el interior del área y se la regaló a Thorgan Hazard. El hermano de Eden solo tuvo que empujarla.

A partir de ahí, Dinamarca pasó de dominar a dar pocos coletazos. Los cambios no le hicieron demasiado efecto y Bélgica pegó el segundo zarpazo. Otra maravilla de Lukaku, que entre Witsel y Eden Hazard se la pusieron blandita a De Bruyne para que, con la zurda, firmara la remontada.

Dinamarca no bajó los brazos y Bélgica se salvó por los pelos. Un cabezazo de Braithwaite impactó en la madera en lo que pudo ser el empate, pero la suerte no fue para los daneses. Bélgica acaricia la siguiente fase.