Avanzan
- By sergioPerez
- Updated: abril 13, 2021

Neymar, Mbappé y Keylor Navas se salieron con la suya. Se tomaron la revancha de la derrota en la final de Lisboa y demostraron que a dos partidos, al menos en la presente campaña, son superiores al campeón. Dejaron en la cuneta a un equipo orgulloso, que intentó de todo en Francia, pero que volvió a acusar en exceso la baja de Robert Lewandowski. Sin su acierto, el Bayern de Múnich intratable pasó a ser más accesible que nunca.
La lesión del polaco ante Andorra terminó marcando una de las mejores eliminatorias de cuartos de final de lo que va de siglo. El Bayern tuvo opciones en la vuelta y saboreó el pase, aunque no jugó con el vigor de la ida en París. Los bávaros rozaron el 0-2 que les hubiera dado la clasificación por coraje, pero el PSG estuvo a su altura y no fue el equipo bombardeado en Múnich que solo se sostuvo por el impecable partido de sus tres estrellas.
Una eliminatoria cambia mucho de una semana a otra y en el Parque de los Príncipes quedó claro. Muchos pensaron que el Bayern iba a lograr hacer lo que no había sido capaz en 90 minutos en Múnich. No fue así. El PSG aprendió de sus errores y no estuvo tan atrás en su casa. De hecho, mereció el tanto antes del 0-1 de Choupo-Moting. En ese sentido, la eliminatoria tuvo incluso cierta justicia poética. Ganó el que menos mereció en ambos enfrentamientos, pero quedaron fuera los que menos suerte tuvieron en el cómputo general.
Y si hablamos de suerte, qué decir de Neymar. El brasileño volvió a firmar otra de sus grandes noches, últimamente siempre emborronadas por su poco acierto de cara a gol. ‘Hat trick’ de tiros a la madera del brasileño, que vio cómo Neuer, amigo en la ida, se convertía en su principal verdugo en la vuelta.
El PSG se desesperó ante la falta de puntería de sus cracks, y es que Ney no era el único que aparecía con peligro. Kylian volvió a castigar la defensa adelantada del Bayern con su zancada. En los de Pochettino, el plan parecía claro. El PSG era un rompecabezas construido para que el brasileño o el galo dieran la estocada.
Pero claro, el gol que aplacara al Bayern no llegaba y los bávaros usaron sus genes para despertar. Aparecieron Sané y Kimmich con dos ocasiones clarísimas a las que Neymar daba réplica sin suerte ante un engrandecido Neuer. Un doble tiro al palo del astro sería el preludio del 0-1, un tanto muy alemán. Remató Alaba, despejó mal Keylor y remachó de cabeza a un metro de la línea Choupo-Moting.
Al choque de París le había costado arrancar, pero ya era tan divertido como el de Múnich. Mbappé y Sané cerraron la primera mitad con dos acciones que merecieron el tanto cuando ambos equipos mejor estaban, pero el gol pesaba más en un equipo galo que ya entonces empezaba a verle las orejas al lobo.
Un PSG menos alegre
Por eso, el PSG volvió con ganas de que se jugara algo menos. Tenía el reloj a favor, todo lo contrario que un Bayern sin tantas facilidades como en la ida y que no tuvo demasiada prisa por marcar hasta que vio cómo se le acababa el tiempo.
Daba la sensación de que los de Flick tenían claro que el gol iba a llegar y este pensamiento empezó a flotar en el ambiente cuando Neymar, tras otro jugadón personal, no pudo remachar el pase de la muerte de Di María. El balón se paseó a centímetros de la línea de gol alemana en la ocasión más clara del partido. Parecía cosa de vudú que el PSG no llevara un tanto en la vuelta. Vamos, lo mismo que les había ocurrido a los alemanes en la ida con el desatado Keylor.

El paso de los minutos invitó a Pochettino a guardar la ropa y a cerrar aún más filas en torno al costarricense. El meta volvió a hacer un buen partido, aunque sin paradas tan espectaculares como las de la ida. La ‘zona Cesarini’ acentuó el problema de gol del Bayern sin Lewandowski. Todo eran balones a la cabeza de Coman, quien en la final de la Champions hizo diana pese a reconocer que es un pésimo cabeceador. Primero, quiso dejársela a su compañero; luego, remató casi a la esquina por buscar el balón con demasiado ímpetu. Flick no sabía ni qué hacer y metió a Javi Martínez para que sustituyera a Choupo-Moting como delantero. De estos milagros que salen de tanto en cuando, pero el alemán parece haber agotado su estrella de golpe.
Sané consumió el final del partido con malas decisiones tras buenas acciones individuales, una constante desde que dejó el Manchester City. El cierre de la eliminatoria fue cosa de la jerarquía de Keylor, la inteligencia de Neymar y la velocidad de Mbappé. El PSG logró que no se jugara mucho más y que los últimos minutos no replicaran el calvario de Múnich. Eliminó al Bayern, que o ha salido campeón o ha sido eliminado por el campeón prácticamente cada temporada de la última década, y ya espera a City o Borussia Dortmund en las semifinales. El sueño de Al-Khelaïfi, y el de Mbappé o Neymar, está mucho más cerca.
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