La vida sin Messi es igual en la Ligue 1. El PSG no notó la ausencia del astro argentino y superó a un Girondins de Burdeos peleón que, durante algunos compases, fue superior a su rival, pero que sucumbió ante la calidad de una dupla Neymar-Mbappé que, con sus goles, evitó que la siesta en el tramo final del cuadro parisino costase un tropiezo inesperado.

Espoleado por el gran ambiente que había en la grada, el Girondins de Burdeos salió dispuesto a poner en apuros a un líder que, en los primeros minutos, se vio minimizado por el empuje de su rival. El cuadro local no creó excesivos problemas a Keylor Navas, pero sí generó una sensación de peligro a base de saques de esquina y faltas peligrosas cerca de los dominios del meta de Costa Rica.

Con Messi ausente por lesión, la presión en la escuadra de Mauricio Pochettino recaía sobre los hombros de Neymar y Mbappé. La dupla estuvo algo desaparecida en los primeros compases, pero poco a poco fue tomando las riendas del choque, especialmente un futbolista brasileño que pronto empezaría a decantar la balanza.

Antes de cumplirse la media hora de partido, un cambio de orientación del propio Kylian Mbappé acabó en los pies de Neymar. El ’10’, con un rápido movimiento hacia el interior, se hizo un poco de espacio en el área y conectó un derechazo que terminó en el fondo de la red. La conexión entre cracks ponía por delante al PSG.

El tanto fue un mazazo para un Girondins que, tras un buen inicio, vio cómo su rival, a base de chispazos y posesiones un poco más largas, tomó el control del partido. Un hecho que no hacía presagiar nada bueno, tal y como se vio a escasos instantes de que el árbitro decretara el final de la primera mitad.

Y es que en el minuto 43, tras una gran acción por la banda izquierda, Neymar y Mbappé volvieron a conectar para que el internacional brasileño, tras un pase de tacón de su socio galo, definiera a las mil maravillas para poner un 0-2 que, aunque faltaban todavía 45 minutos por delante, dejaba finiquitado el choque.

Sin nada que perder, se esperaba una salida en tromba del Girondins en la segunda parte en busca de un tanto que volviera a abrir el partido. Sin embargo, las pocas ilusiones que tuviera el conjunto local fueron dinamitadas por Kylian Mbappé, que anotó el 0-3 en el 63′ por cortesía de un Wijnaldum que, en el mano a mano, decidió regalarle el tanto a su compañero.

El tanto sentenció el choque y ello, casi de manera inevitable, provocó la relajación de un PSG que, dormido, vio a Elis recortar diferencias en el 78′. Poco después del tanto, el cuadro parisino se llevó un buen susto, pero Keylor Navas evitó que Oudin anotase el 2-3. El mismo llegó en el añadido por cortesía de Niang, pero era demasiado tarde para que complicase a los visitantes el tramo final de un partido que, con el silbatazo final del colegiado, dejó al equipo de la capital en lo más alto con una ventaja de diez puntos sobre el Lens.